sábado, 24 de mayo de 2008

PERversos de PERversión

...boomp3.com

No logro identificar ninguno de los sonidos que emite, está frente a mí y me habla, puedo imaginarme las palabras empalidecidas alrededor de su boca blanca, de su lengua blanca, de su piel blanca, pero no puedo distinguirlas.
Tardo demasiado tiempo en reaccionar.
El señor empleado de metro de Madrid está más que acostumbrado a tropezar con tipos como yo por eso no pierde la calma e insiste amablemente para que abandone la estación. En la calle vuelvo a comprobar si la batería de mi mp3 se mantiene en las dos rayitas, después de eso solo necesitaría que volviera a llover, la lluvia asusta a la gente, cuando llueve se pliegan sobre sí mismos y dejan de preocuparse por los demás, caminar así es mucho más fácil.



El jueves me levanté con resaca sino todo hubiera sido más divertido. Lo peor de un día después de una noche bebiendo es tardar demasiado en decidirse a pedir la primera copa, después de un par de cocacolas la tristeza se ha instalado tan eficazmente dentro de tu disco duro que cuando te has decidido el alcohol ya ha dejado de ser terapéutico.

Había quedado con Cris para repartir los primeros ejemplares de PERversión que habían llegado de Zaragoza. A decir verdad estuve exhibiendo una indolencia sin límites respecto al proyecto durante meses pero los últimos días antes del maquetado final y gracias a la perseverancia de Cris logré entusiasmarme por el tema, y de estar fuera del segundo número pasé a colaborar con dos trabajos con lo cual me hacía especial ilusión tener entre las manos un ejemplar físico de la revista. A todos nos seduce la idea de ver nuestros trabajos publicados, aunque tengas que publicártelos tú mismo, y yo no era menos.
Esta es una de mis aportaciones. Un minicomic sin palabras.






No es que me crea Moebius ni esto es Arzach pero espero que se entienda. A la jefa le gustó, supongo porque ella es la protagonista. De todos modos dispongo de un texto que todavía no he escrito ligado al dibujo. Dirijanme un buen y afectuoso número de peticiones porque me cuesta coger el boli.

Siempre he tenido nulas dotes para cualquier tipo de comercio, hasta el gratuito, por eso cedí toda la responsabilidad de promocionarnos a la pobre Cris. Al poco, y después de comprobar que el asunto colaba, la gente nos atendía con verdadera atención, intenté crecerme e intervine en dos o tres ocasiones sin aportar gran cosa. Malasaña es un magnifico barrio para esta clase de publicaciones, desde hace unos años es una de las zonas de Madrid que representa mejor la actualidad cultural y el cambio de tendencias. Uno de estos cambios deseo sea la recuperación de la publicación casera, el arte del aficionado para el no tan aficionado. En los años ochenta, recién salidos de la represión del franquismo cualquier persona con un mínimo de inquietudes sentía la necesidad de reunirse con su grupo de amigos y hacer algo más en común que apiñarse los viernes por la noche en el bar de la esquina. Esas personas dibujaban, escribían, fotografiaban… otra manera de hablar, de comunicarse, y como todo lenguaje también éste requería de un receptor, de un interlocutor, el modo no profesional más directo de llegar hasta ellos era mediante el fanzine.

Hoy por hoy, en la época de las comunicaciones multimedia, internet y demás, el papel impreso ha perdido vigencia, la gente ha encontrado nuevas maneras de expresarse y llegar a los demás de un modo más efectivo y económico. Pero hay que tener en cuenta que por lo común los trabajos publicados a través de páginas web, blogs, etc. suelen hacerse a título personal, individualmente y en cambio los fanzine no tienen en absoluto sentido sino es por medio de una colaboración entre varias personas. Justo ese espíritu participativo es el que intenta rescatar PERversión.

¿Qué es PERversión? Cristina cuenta que estando en Inglaterra estudiando a tres chicas durante una noche psicotrópica se les ocurrió la idea de asociarse artísticamente. Una de ellas era la propia Cristina. Pero PERversión nace realmente en Madrid.
Había un concierto de jazz y Cris dibujaba. Resultaba curioso porque la sala estaba prácticamente abarrotada, todo el mundo pendiente de sus copas y del escenario mientras ella se mantenía concentrada en captar las figuras espasmódicas de los músicos. La observé durante unos minutos y luego me acerqué. Le pedí ver sus dibujos y ella me ofreció su cuaderno prefabricado. Lo hojeé durante un rato sin decir nada, al devolvérselo le pregunté si quería hacer un comic conmigo. Aceptó. En seguida reconduciría mi entusiasmo a un proyecto diferente que rumiaba desde hace tiempo, el diseño, producción y publicación de un fanzine orientado a la expresión gráfica. Cuando salió el número uno nuestras ambiciones alcanzaban niveles de cómo poco provocar un nuevo movimiento social y cultural. Pasaron dos años ambicionando.

Me gustaría que le echarais una ojeada y luego comentarme que os ha parecido. La versión digital es ésta:

http://perversionthefunzine.blogspot.com/

Si queréis contactar con nosotros bien sea para colaborar con vuestras ideas o proyectos bien para criticarnos o insultarnos también os dejo nuestro e-mail:

perversion.thefunzine@gmail.com

Repartimos un considerable número de ejemplares por algunos comercios del barrio de Malasaña, bares, librerías, peluquerías… si ves uno no lo dudes, agárralo antes de que te lo quiten. En breve también los que seáis de Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Londres o Ámsterdam tendréis la posibilidad de haceros con algún ejemplar. También podéis solicitármelos a mí directamente, de momento conservo un puñadito. En fin, ¡esto marcha!

Uno de los locales donde repartimos media docena de ellos es El 45 de Pelayo, donde os insto a degustar cualquiera de sus excelentes y económicos platos. Está en la misma calle Pelayo, mismo número, en Chueca. El bueno de Joaquín que se había unido a nosotros, siempre dicharachero e hipersociable, centralizó la atención emitiendo toda clase de bromas e ingenios, en parte por él, porque es divertido y hace reír a la gente, en parte porque los regentes del negocio son encantadores y nos abrumaron con su amabilidad, recibimos la invitación a probar una delicatessen consistente en melocotones rellenos de atún y caviar. Después de cenar nos despedimos de Joaquín que tenía que ir a buscar a Olga al aeropuerto prometiéndonos reunirnos la siguiente semana en la que casi simultáneamente se celebran nuestros cumpleaños. Un poco cansados, Cris y yo con las mochilas a un tercio de su capacidad originaria no teníamos más ganas de seguir distribuyendo la revista. Acabamos en un concierto de jazz de unos chicos fantásticos que Cris había conocido unos días atrás, no tienen nombre de grupo así que no puedo hacerles publicidad. Eran muy buenos. La gente bailaba jazz, disfrutaba escuchándoles y lo sentía. Nada que ver con el jazz de conservatorio aburrido y pedante al que nos tienen acostumbrados ni con el jazz-pop facilón de caraduras como Saint Germain o Manu Dibango. Por supuesto allí también repartimos la revista entre los clientes, con relativo éxito, por poco consigo otro anunciante para PERversión. Mientras pedía un par de copas conocí al dueño del local, un señor de unos indefinidos cincuentaytantos que lucía una buena melena. Le pregunté sobre el autor de los cuadros que tenían expuestos, había reconocido la manera de trabajar de mi amiga Marina, que utiliza editores de imagen para descomponer fotografías mediante fractales y supuse que serían de ella, pero para mi sorpresa pertenecían a una estudiante francesa llamada Monique. Algunos de los trabajos eran casi idénticos a los que yo había visto en casa de Marina. El dueño me prometió ponernos en contacto para que ambas se conocieran y de ahí comencé a venderle la revista y terminé por adjudicarme la labor de representante de artistas.
Por su lado Cris, infatigable, volvía a dibujar, como hace años, los movimientos sobre sus instrumentos de los músicos de jazz.

Nunca haremos ese comic.

lunes, 12 de mayo de 2008

Una tentativa excelente para un analgésico

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Estábamos tirados en el sofá azul del salón compitiendo por soltar la mayor tontería cuando se le ocurre soltarlo:
- “Pienso que los relojes deberían estar dotados de pilas más potentes, así avanzaría todo con mayor rapidez, ¿no crees?”
¡Joder! Llevaba un buen rato ingeniándoselas para hacer chascarrillos muy divertidos, ¿por qué coño tuvo que decir eso?
No lo sé, creería si el tiempo avanzara más deprisa que duele menos, que se cura antes, que termina definitivamente.


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boomp3.com
Habíamos quedado con una de esas chicas erasmus que no saben muy bien que hacen estudiando en un país que no es el suyo. Mi colega de la universidad la había conocido en el metro hace unos días, la defendió de un impertinente y ella se sintió halagada, intercambiaron e-mail y número de teléfono antes de separarse en la siguiente estación. Como apenas conocía a nadie en Madrid mi amigo pensó que sería una buena idea quedar los tres juntos para ir al cine. No recuerdo la peli, de las malas suelo olvidarme, pero recuerdo que comenzó con retraso y encima nos tragamos diez minutos de anuncios en dolby surround; aprovechamos para ir al baño y comprar palomitas por tandas, cuando le tocó ir a mi amigo la chica se interesó por mí y comenzó a hacerme todo tipo de preguntas a las que no estaba dispuesto a contestar. Por aquel entonces yo también era universitario y cursaba una carrera que me interesaba un pimiento, así que eso fue lo primero que le dije. Ella tenía un gran concepto de la vida universitaria y aun sin atreverse consideraba que estaba perdiendo el tiempo por lo que me recomendó que si no me gustaba lo que estaba haciendo eligiera otros estudios. Tiempo, disponía de él a manos llenas, ¿por qué no perderlo?, lo único que me interesaba era prorrogar mi existencia como estudiante, no conocía otro tipo de existencia y enfrentarme al mundo adulto con sus obligaciones, facturas y declaraciones de la renta me daba pavor. ¿Pero algo te gustará? ¿Qué te gustaría hacer? ¿Qué te gustaría ser? Nada. ¿Nada? Nada, de verdad, nada de nada, preferiría no hacer absolutamente nada. Sentarme y esperar ¿Esperar qué? Nada, solo esperar. Después de esta conversación la muchacha me miraría con reservas durante el resto de la noche y las pocas veces en las que posteriormente volvimos a coincidir. Mentí.

Me gustaban un montón de cosas, me interesaba por un montón de cosas, hacía un montón de cosas que nada tenían que ver con mi próximo examen. Me gustaba saltarme las dos primeras clases para llegar antes que nadie a la videoteca y agarrar la tele del lado más oscuro, me gustaba cuando alguien que no conocía se acercaba por el pasillo y se hacía el simpático conmigo para que le prestara los apuntes que antes me habían prestado a mi, me gustaba ir a la biblioteca de filosofía y pedir libros que salieron por última vez de las estanterías cuatro años atrás, me gustaba subir hasta la azotea de la facultad de bellas artes y quedarme mirando hacia abajo y fantasear durante horas… Pero no lo disfrutaba, aunque me gustara, no lo hacía porque no ambicionaba nada con todo aquello, no quería ser nada, solo quería que el tiempo pasara deprisa para poder contabilizar un número de estadísticas mayor. Debería de este modo haberle contestado que lo verdaderamente me hubiera gustado ser es ser viejo; sí, ser viejo, un anciano, sentarme y no tener que esperar nada, sentarme en algo tan viejo como yo mientras el último sol del otoño me ayudaba a echar la vista atrás, mirar al pasado y plegar los labios socarronamente. Cuando eres viejo ya no tienes que preocuparte por como vivir, ya lo has hecho así que no tienes que preocuparte, no tienes que elegir las palabras adecuadas, no tienes que comportarte de la manera adecuada, no tienes que buscar cual es la manera adecuada… Tienes tú pasado, bueno o malo, a tu manera un greatest hits de la memoria con el que divertir a los conocidos y reforzar la constancia de lo que has sido y por lo tanto de lo que eres y de su certidumbre. En su momento me parecía una tentativa excelente para un analgésico, ser viejo solucionaba todos los problemas que se le vienen encima a un joven: no se puede dudar si a uno le gustará hacer aquello con lo que se va a ganar la vida, no, si ya te la has ganado; no tienes porqué esforzarte en ser mejor en eso que haces porque ya te has esforzado; no hace falta que intentes simpatizar con todos aquellos a los que piensas podrías caer bien, posiblemente ya sean tus amigos, si no están muertos o si no te odian; para qué tantos golpes en el pecho porque no encuentras a la chica de los chapines de rubí si a buen seguro nunca quiso estar contigo; por qué el miedo a no conseguirlo si ya no te queda tiempo para conseguirlo, a perderlo si ya lo has perdido…¡Jo! Estimaba que sería un método genial para alcanzar la felicidad, a cualquiera le correspondería la oportunidad de resolver cuanto tiempo debería durar su tiempo, cuanta vida dar por vivida. Teorizaba: gran parte de nuestra tendencia hacia el sufrimiento radica en la incapacidad de nuestros anhelos a manifestarse en la realidad, ambos, realidad y deseo permanecen sin tocarse en universos opuestos, el deseo fundamenta sus bases en una experiencia o una fantasía supuestamente placentera del pasado proyectándose y prolongándose en un hipotético futuro, pero la realidad está contenida en tiempo activo, no en el experimentado o en el proyectado, por lo tanto como el hombre no creo pueda evitar su inclinación al deseo ni a identificarse con lo deseado si anulara en la medida de lo posible esa proyección hacia el futuro menor sería la intensidad con la que sufre. La cosa era que entre mas cerca se estuviera del fin menos posibilidades tendría el deseo de proyectarse hacia delante. Sí, sí, merecía el Nobel o un honoris causa o un grammy latino, lo sé.

La gente no sería más feliz sabiendo que le queda menos por sufrir, que la cantidad de circunstancias por las que podría dolerse se ha visto reducida a la dimensión de sus esperanzas. No lo es. Si te rompes una pierna te rompes una pierna, da igual que te rompas la tibia que si te rompes la tibia, la rotula y el peroné, el resultado es el mismo, no puedes andar, al igual el dolor, si está duele, no importa que sufras porque has perdido a tus padres y tus hermanos en una guerra o que sufras porque te han echado del trabajo y no tienes huevos para decírselo a tu mujer, el sufrimiento es el mismo, lo único que cambia es su categoría ética.

Tampoco está tan mal, no es una buena teoría, no explica ni resuelve nada pero no es tan mala, a nadie se le ha ocurrido, algunos prefieren suicidarse o ignorar sus problemas, nadie ha pensado en envejecer para resolverlos, la mayoría opta por apuntarse a un gimnasio. Quién sabe, puede que la mejore, llevo rumiándola un par de semanas. Piensen por un momento que disponen de esas pilas más potentes en sus relojes, piensen que si pudieran adelantar las manecillas hasta el instante de conocer a la chica o al chico de sus sueños lo harían, sin dudar prescindirían del resto, del periodo intermedio. Piensen que cuando la chica o el chico de sus sueños les deje ustedes tomarían de nuevo su reloj y adelantarían el tiempo suficiente hasta que les doliera menos. Piensen que si el señor Tom Cruise me conociera podría proponerme hacer un remake futurista de Alatriste… Puede, puede también que ese tipo de pilas ya existan. Piensen por un momento que las pilas somos nosotros. Nosotros dictaríamos el tiempo. Piensen en ello.



miércoles, 7 de mayo de 2008

estupidoautorpuntocom


...boomp3.com

Hoy no he tenido un buen día, ayer no tuve un buen día, y probablemente mañana no tenga un buen día. Sería bueno si pudiera quedarme las veinticuatro horas de un mal día metido en la cama, bien dormidito, hasta que pasara de largo. Pero no es tan sencillo, nunca te deja pasar de largo, alguien o algo en algún lugar de no sé dónde te obliga a hacer una nueva muesca en el calendario con tu nombre, ¿ves? Ahí vino; y después, como siempre buscas hacerte con un sitio frente a toda esa gente que hierve y pugna por existir alrededor, toda esa gente que miras ahora y odias, sin excepción, porque cuando uno tiene un mal día se mira a la gente y se odia por norma, a todos excepto al rodolfo chikilicuatre estonio y a las chicas con una depresión en el escote de más de doce centímetros.

Hay que tener mucho cuidado con las personas cuando tienen un mal día, no paran de ocasionar desorden y más desorden, caminan absortos, inflamables, con el ceño fruncido y los hombros dilatados como retando a los demás a chocar contra ellos. Cuando uno tiene un mal día no debería estarle permitido salir a la calle, ni recibir llamadas, ni poseer armas de destrucción masiva. ¿Se imaginan al tipo encargado del botón rojo con un mal día?, esa gente debe estar hecha de otra pasta, con otro modelo de perspectiva, más amplia quizá, bien en su instinto de conservación bien en su concepto de ser humano. Yo no podría encargarme de ese trabajo, aunque me dieran una televisión y un lápiz para fabricarme mis propios crucigramas. Sin ser una mala persona y arrepintiéndome de inmediato a buen seguro apretaría ese botón media docena de veces cada mes.

No tengo un buen día, pero gracias a Google tengo un blog y puedo contarlo. Hace unos meses yo no imaginaba para qué diablos podría servir un blog, tampoco en este momento lo tengo muy claro, no obstante a estas alturas ya he visto unos cuantos y casi todos van de lo mismo, hasta los temáticos. La gente anda por ahí con días malos, con el cerebro cociéndoles viejas ansias, averiguando culpas de otros, cebando soledades… no es extraño que antes de acostarnos nuestros pensamientos hayan alcanzado tal volumen que si la computadora no encendiera concluiríamos por regurgitarnos las miserias en voz alta frente al espejo. Es muy recomendable disponer de un blog, entretiene bastante, de hecho, yo no recuerdo para qué diablos utilizaba el ordenador antes de tener un blog.

En un relativo “hace poco tiempo” casi nadie daba demasiada importancia a las páginas web, pero en unos años si querías ser alguien o vender algo tenías que presumir de una web propia. La trascendencia real de internet ha aumentado considerablemente el valor de todo lo alojado en el ciberespacio por dos motivos: información libre y accesibilidad. En la historia de la cultura universal hay un antes y un después marcado por la revolución tipográfica. Los chinos o Gutenberg, pero el invento de la imprenta supuso sacar a la calle la información adquirida cultural o científicamente por el hombre a través de los siglos y a la cual solo podían acceder unos pocos. Con las letras al alcance del tendero de turno la educación, a paso de tortuga, eso sí, dejó de ser un privilegio para convertirse en una necesidad social del individuo.
Desde los inicios de internet se han desplegado diferentes formas expresivas que posibilitaban al usuario plasmar sus opiniones, bien sea mediante foros, diarios online, chats, etc. El siglo XX ha supuesto no sé cuantas guerras ganadas, una: la de la pluralidad y la libertad de información. No solo se puede acceder a ella sino que además se puede hacer a través de diversas fuentes. El disponer de diferentes versiones de un hecho estimula la elaboración de opiniones individuales, así y de la mano nos viene añadida la libertad de opinión. Internet supone otra revolución cultural porque además de ampliar el acceso a la información también elimina el monopolio de los “impresores” a la hora de transmitirla. Si después del invento de la imprenta la cultura dejó de ser prerrogativa de unos pocos, gracias a internet ser transmisor de ésta ha dejado también de ser el privilegio de unos pocos.

Pronto, sino ya, la palabra blog estará a la orden del día, con cada vez superior repercusión y poder mediático. La noticia, por ejemplo, poco a poco cambia de manos, del profesional del medio pasa al testigo anónimo; en la guerra de Irak se ha dado el caso de gente buscando antes la actualidad en los blogs de ciudadanos iraquíes y los militares que en los periódicos o en las cadenas de televisión.
Los grandes medios poco a poco se han dado cuenta de su importancia y saben que si quieren seguir controlando la emisión informativa deben aglutinar en su bando la mayor cantidad posible de corrientes de opinión, las de esta nueva progenie, la del myspace y blogger, tan difícil de homogeneizar, pero manejable gracias al recurso de la publicidad masiva.

¿Quién sabe? No solo la manera de concebir el periodismo esté cambiando, sino también la idea de la literatura como acto creativo de un autor con nombres y apellidos, incluso las relaciones entre personas… y bueno, no sé, yo solo tengo un mal día, por eso estoy escribiendo. Háganse con un blog, seremos más en la próxima fiesta de blogueros.