jueves, 7 de agosto de 2008

Diez consejos útiles para sobrevivir a la bañera de María


Nada más bajarme del autobús supe que no iba a funcionar, esas pequeñas cosas que antes llenaban el espacio vacío mi vida como: abrir y cerrar repetidamente la puerta de la nevera, el tacto de los botones del mando a distancia, batir el record mundial de resistencia debajo de la ducha en apnea… habían dejado de tener sentido. Volver de las vacaciones siempre es algo duro pero cuando son las mejores vacaciones del mundo… no tiene nombre.




La bañera de María es un tanto peculiar, no es que sea pequeña, que lo es con avaricia, sino que está para colmo dividida por la mitad por un escalón inservible y la otra mitad combada como la superficie de un lavabo, por lo que mientras tratas de mantener los dos pies apoyados en las dimensiones de una palangana sin caerte, sujetas la cortina para no poner todo perdido y le agarras el truquillo al grifo del agua caliente al final olvidas cuando te incorporas que justo debajo de tu cabeza hay un armatoste de madera sosteniendo varios botes de champús… Entonces te golpeas, entonces pierdes el equilibrio, entonces te agarras a la cortina, entonces inundas el suelo, entonces pruebas a cerrar los grifos, entonces sólo puedes hacerlo con uno, entonces te abrasas, entonces tienes todavía un montón de jabón por todo el cuerpo y no te apetece intentarlo de nuevo. A partir de esta iniciática experiencia he elaborado un decálogo de normas que será la base de un futuro libro de autoayuda con el que pienso forrarme y del cuál os adelanto dos que resumen toda mi filosofía: Playa y Fiesta.

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De la playa puedo deciros mucho o poco; poco como que bastaron tres días para convertirme en un nudista convencido y mucho como para aprender a no meterme en el mar cuando las olas superan los dos metros largos de altura.
De la fiesta que todo comenzó y terminó con esta foto:



Si la ampliáis os daréis cuenta que las paredes de este bar lucen atestadas de fotografías de antiguos clientes pasándoselo en grande, nosotros disfrutando del mismo estado entusiasta y no queriendo ser menos planeamos imprimir la foto y enmarcarla para hacernos un hueco entre las personalidades que adornan El Imperial; donde no tengo muy claro si sirven los mejores pinchos del mundo pero seguro que es de los pocos en los que puedes emborracharte y cenar por el mismo precio.

Después del décimo albariño las chicas nos condujeron a uno de esos antros que te roban el corazón para el resto de tu vida: El Toni’s. Lo curioso es que al dueño se le conoce por “el Charly”, un señor muy majo con la camisa abierta y cadenaza de oro al que le puedes pedir una de Rafaella mientras te sirve garrafón del bueno.
En seguida arrinconamos a los demás contra la barra y nos hicimos con la pista de baile. Aquí estamos los chicos, dándolo todo.




Fue tan grande nuestro éxito que la gente enfervorecida nos aclamaba, se acercaban para pedirnos bises, autógrafos y nuestra ropa interior. Al irnos no quedó otra que saludar apasionadamente.



En fin, realmente no sé si fue para tanto, el alcohol ha dejado una laguna en esa franja de mi memoria. Cuando salimos irradiábamos tal euforia que faltaba media copa para alcanzar el cuarto grado de superación de un borracho, o dicho de otro modo: los cantos regionales.



Al regresar a casa de María convencí a Yoyis para ver Chuncking Express pero yo andaba tan perjudicado que era incapaz de leer los subtítulos hasta con la versión doblada.
No pasaron más de cinco horas que ya todos estábamos con pie y medio en la playa. Y a la tarde a bailar salsa en Castrelos, concierto gratuito (con un par los del Ayuntamiento) de la leyenda panameña Rubén Blades. Como el bailoteo cansa terminamos a las tantas en el Ecos, un restaurante que abre las veinticuatro horas del día, ¿Oyeron éso madrileños?! 24 horas.
María exhibió un par de trucos para subyugar la voluntad del camarero, que a la postre sería también el dueño. Primero con un:
“ Me has ofendido”
Para que le trajeran la carta de cliente vip, o sea, en inglés.
Y luego con un:
“Esta carne está poco hecha”
Para que repusieran la guarnición del plato que previamente se había comido.



El jueves más de lo mismo, más playa y más fiesta. Aquí los niños preparándose para ser malos tonight.




Este otro no necesita ser malo. Tiene poderes. Posta.




Me acuerdo que le pedí un martini rojo a la camarera y le dije, bueno, varios, bueno eso no le dije, antes me los había bebido, y le dije:
-¿Tienes novio?
-No – ella.
-Pues deberías tenerlo
(silencio dramático)
-Te voy a dar un número de teléfono.

Yoyis, si algún día te llama la camarera guapa de la terraza de la Plaza de la Constitución quiero una comisión del treinta por ciento. Aunque en aquel momento a Yoyis lo que menos le preocupaban eran las camareras, estaba bastante ocupado explorando nuevos horizontes culturales.



Así, ya que estaba me puse a casar gente, gente como David, que, digamos, se dedicaba también a eso de la exploración.



Y ya que estaba me puse a bailar breakdance. Amanecí con un moratón tremendo en la rodilla.

La playa de este día tiene su miga lo que podría convertir este post en el más largo de la historia así que lo contaré en otra oportunidad. Solo decir que Lore es mi superheroína favorita, salvó aquella tarde a dos chavales de morir ahogados. ¡CJ al rescate!



Llegamos al punto culminante de las vacaciones, la cena homenaje de los fans al afamado supercrisis.blogspot.com.

Los invitados.



El homenajeado.



El fondo norte. Sonriendo a cámara.




Y el fondo sur. Berto dándonos una clase magistral de gastronomía.



El tan esperado discurso y brindis final. Todos al borde de las lágrimas, ay!




Luego al Templo del Gato a pasar calor. Dentro solo aguantaron los valientes.



Terminamos la noche en el Vademécum para el que no dispongo de ilustración gráfica, bailando tecno a nivel profesional sin estar empastillados ni nada, eh! eh!


Jo! Que no acabo. Sabado, playa de Barra, la mejor playa del mundo, de la cual tampoco tengo manera de ilustrarla porque andábamos todos en pelotas.

Cangas, en busca del mejor bocadillo del mundo. La filarmónica.




Engulléndolo.




Más conciertos.




El Cristo Pajero.



Los lunes al sol, o los domingos.



María, santificado sea tu nombre, tu capacidad organizativa, tu paciencia…




Y sí, El Imperial. Y nuestra foto enmarcada y colgadita.



Si pasan cerca de Vigo, no lo duden, tómense unos albariños y visiten nuestro rincón en El Imperial, somos ya la segunda atracción turística en la provincia de Pontevedra después de las Cíes.

Santi me comentaba en el autobús todavía despidiéndonos que jamás lograríamos devolver todo lo que nos habían dado en esos seis días y pensaba yo que si alguna vez nos lo exigieran ley en mano, playa por playa, sonrisa por sonrisa, cariño por cariño…. tendríamos que huir del país. Muchas gracias por esa desenfrenada felicidad, la vuestra, en la mejor semana del mundo.

Por otro lado, chicas, ojo al parche, que todo no iban a ser buenas noticias. Aquí el frente masculino está trabajando en la confección de un plan alternativo y en directa competencia con el vuestro… Ta! Tata! Ta! - El Plan de la Pirindola -. Por el momento no es muy sofisticado que digamos pero hemos conseguido ponernos de acuerdo en cual será la fundamental primera regla:
_ Mudarse a Vigo.

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