jueves, 12 de febrero de 2009

Sí, sí, "A lo Rosales" se lo merecía


“Queridos miembros del jurado, respetable público…mamá, papá… qué me estaréis viendo en este momento y preguntándoos cosas… solo decir que…”

No, no y no, a ver este:

“Excelentísimos señores del jurado y señoras, novias de cortometrajistas famosos, azafatas, camareras, mujeres periodistas, género femenino desde los dieciocho años en adelante… el tesón y esfuerzo que ha hecho esto posible…”

Nada, qué mierda, a ver este otro:

“¡Toma, toma!"

No se alteren, no le sucede nada a su televisor, soy yo preparándome el discurso de agradecimiento cuando recoja el premio a la mejor película de ficción en la categoría de multipantalla. Estoy muy nervioso así que no me juzguen todavía, ustedes no saben nada de mi vida, ni cuantas penurias he tenido que soportar ni cuantas poll… para llegar hasta aquí, es un premio que merezco, déjenme que lo disfrute. Desde aquel día que me confundieron con un jugador profesional de parchís y me hicieron una entrevista en radio nacional no me sentía tan bien.

Sí, sí, A lo Rosales se lo merecía.


Ya sea por su puesta en escena, ya sea por el maquillaje, ya sea por tocar los cojones A lo Rosales está en la final, ra, ra, ra!

Sí, por fin, después de tantos y tantos años podré mirar la cara de mis padres y decirles que no se equivocaron, que justo antes de tantos y tantos años tomaron la decisión correcta, que no fue tan catastrófico haber planeado ahorrarse unas pesetas en profilácticos…

Sí, por fin no tendré que dejar en blanco el odioso apartado de formación complementaria en mi currículum…

Sí, por fin podré mandar ese liberador sms de una sola palabra a aquella chica que nunca me cogió el teléfono…

Sí, por fin, en general.

Uy, ya me veo, con la crème de la crème del audiovisual español, a lo Peter Griffin, todo el rato, tirándole del bigote a Nacho Vigalondo, todo el rato, torpedeando al Joaquín Reyes con el “ahí va que chorrazo!”, todo el rato, haciéndome pasar por el hermano secreto de los Fesser, todo el rato, acercándome a Jaime y soltarle “el final no te lo vas a creer”, todo el rato… aaah! Cómo tienen que estar envidiándome, verdad?

...