lunes, 26 de octubre de 2009

¿Feeds?

¡Dios santo! ¿Sabéis lo que es un feed?

Una fuente web (usualmente canal web o web feed) es un medio de redifusión de contenido web. Se utiliza para suministrar información actualizada frecuentemente a sus suscriptores. En su jerga, cuando una página web "redifunde" su contenido mediante una fuente web, los internautas pueden "suscribirse" a ella para estar informados de sus novedades. Los interesados pueden usar un programa "agregador" para acceder a sus fuentes suscritas desde un mismo lugar. (ft: Wikipedia)

Yo hasta hace unos días como que tampoco. La definición de la Wikipedia parece refererirse a un proceso bastante inofensivo, pero una leche! de inofensivo. Para una vez que me decido a publicar más de un post por mes va el “sustrato” Blogger y pasa olímpicamente de mi culo, no actualiza mis nuevas entradas en los blogroll de páginas amigas, (que digámoslo bien claro, suponen el ochenta por ciento de mis lectores), mantiene una de la semana anterior, esa que ya se han leído y que no les apetece volver a leer porque en realidad no había ni chicha ni limoná. Y si no te leen es como si no hubieras escrito, y si no has escrito no tiene mucho sentido tener un blog, y si no tienes blog tal vez tengas apagar el ordenador y ya no quede otra que volver a salir a la calle, a codearte con toda esa gente idiota que va a trabajar, que levanta este país, tiene hijos, compra teles de plasma y se acuesta viendo Sálvame Deluxe.

Pues he estado a un tris, pero ahora sé que es un feed y lo que representa, así que estoy más o menos a salvo. Después de mucho dale que te pego, de conseguir mi "propio" feedburner, de desecharlo porque tampoco funcionaba, de volver al atom de toda la vida, de comprobar que seguía sin actualizarme, de intentarlo luego con rss, de repetir el procedimiento un par de veces… uf, uf… Al final he tenido que linkarme a mí mismo en un blog de pruebas y publicar chorradas con títulos como jjjj, kkkk, pooo, estoyhastaloshuevos, etc. para que de una vez por todas Blogger me reconozca como no-muerto y aparezca de nuevo a la cabeza de vuestros blogrolls.

Hacedme caso, en esta granja de locos que es internet cuando veáis pasar las palabras: rss, atom, feedburner o similares… cuadraros y poner la mano derecha sobre vuestros corazones como si sonara el himno norteamericano, porque sin esas cosas no importa lo mucho que te afanes en llevar tú palabra a la casa del vecino, a buen seguro que no saldrá de la tuya.

¡Ay, qué sería yo sin vosotras!

(Disculpad mi lenguaje "juvenil", es que he pasado muchas horas leyendo foros en internet para ver cómo podía solucionar el problema).

jueves, 22 de octubre de 2009

La LLuvia Ayuda a No Ser Yo


La lluvia me ayuda a no ser yo, aleja un poco lo mío para que su lugar lo ocupe una tristeza blanda, amable y marchita. Y mientras ella se queda siento que puedo llegar a ser otro del que soy, no distinto, sólo parecido… tal vez mejor.

La lluvia me ayuda a respirar. A recordar cómo lo hago y porqué.

Llueve esta noche en Madrid. No hay absolutamente nadie por la calles y nadie a mí se acercará a pedirme un cigarro o a preguntarme una dirección, puedo caminar a mis anchas sin dirección ni intromisiones hasta que me dé la gana, hasta que dure la lluvia o se haga de día, hasta que me canse.

De vez en cuando ignorándome pasa calle arriba un auto como un animal de otra especie, huraño de sí mismo, abriéndose paso entre el repiqueteo incesante de la lluvia sobre el asfalto. Mañana, o más bien hoy en la tarde regresa mi hermana de sus segundas vacaciones, hace un par de semanas me pidió que pasara por la casa de mis padres y regara las plantas. Supongo que no están muertas, supongo que para ellas dos semanas sin agua no son lo mismo que dos semanas para mí. No tiene mucho sentido que vaya a regarlas esta noche con esta lluvia pero haciéndolo aprovecho y gasto del insomnio algunas horas de ceremonioso aburrimiento, revolveré y mancharé ciertas cosas por la casa para que vea que me he preocupado.

Al llegar abro las ventanas porque huele a cerrado y a humedad pero tras un rato tengo frío y las cierro. Enciendo la tele, hago zapping indiscriminado hasta que se me despierta el hambre. Me levanto y preparo un improvisado guiso con todo lo que está a mano. Mientras como me siento de nuevo delante del televisor, aunque ya sin prestarle atención.


No quiero amodorrarme en el sofá por eso me incorporo y voy hasta mi antigua habitación. Hay cuatro cajas enormes apiladas junto a la cama, contienen parte de los libros que fui acumulando en mi juventud. En una de ellas encuentro diversos archivadores con estúpidos relatos que no me entretengo a revisar. Debajo, en una carpeta infantil descubro un viejo manga de Naoki Urasawa y una joya que creía perdida, cinco tebeos del Príncipe Valiente en su edición original en fascículos. Pese a que de pequeño siempre le dediqué más tiempo y pesetas a los cómics de Spiderman y de los X-Men guardaba especial cariño a aquellas tardes de siestas que yo me negaba a dormir porque prefería devorar el único cómic que heredé de la exigua biblioteca de mi padre. Entre las hojas sueltas del genio Hal Foster me aguarda otra sorpresa, trece páginas de mi propio esfuerzo y entusiasmo, el segundo cómic serio que dibujaba en mi vida después de una particular versión de Dragon Ball. Recuerdo que partió de mi hermana la idea primigenia, aunaba prácticamente todos los clichés de la serie de novelas Dragonlance, pero enseguida me desentendí de sus aportaciones y me apoderé del control de la historia. Mientras mis amigos comenzaban a emplear sus fines de semanas en ocupaciones pro-adolescentes yo apuraba la luz de las tardes escuchando viejos éxitos de M80 Radio y desangrando bolígrafos.


Una floja y peligrosa sonrisa proveniente de la memoria pende de mi boca, aproximándome otra vez a la persona de la que he huido unas horas antes gracias a la lluvia, encarnándome, comprimiéndome para dejar de ser el-parecido a mí y ser el-yo de nuevo. Activo mi cuerpo procurando retrasar este momento inevitable unos minutos más, me incorporo y guardo mis tesoros en la bandolera. Antes de salir me fijo en el lomo negro de un libro de la inconfundible editorial Cátedra, es una antología de Carlos Bousoño. Es curioso que en mis anteriores redadas me hubiera pasado desapercibido, fueron sólo libros de poesía los que rescaté cuando me fui.

Las páginas que están dobladas indican poemas que me gustaron cuando lo leí; hojeo alguno preguntándome que fue lo que en su momento me sedujo de ellos. Obtengo respuesta de tan solo uno, leo un fragmento en voz alta y salgo a la calle por fin.

[…]
Llovía en la ciudad inmensamente
y hacía frío además, pero tú ibas
bajo el agua torrencial, enjuta; indemne
en otro sitio
irrespirable, caluroso, seco,
bajo de techo, sin ventanas, pobre,
allá en otra estación
de otro tiempo tal vez,
donde tú padecías, sin mojarte
jamás
[…]

martes, 20 de octubre de 2009

I Love You But I've Chosen Darkness


No, sólo son las siete de la mañana y no puedo dormir. Sí, ya lo he intentado.

Cuando el nombre de vuestra banda es más largo que cualquiera de los títulos de vuestras canciones los fans tienen un grave problema a la hora de recordar a sus colegas cómo sois de buenos.

Los tejanos de I Love You But I've Chosen Darkness se llevan la palma. Es uno de esos grupos que independientemente de lo bien que suenen están condenados a las minorías o a la extinción. En nueve años sólo se han currado el Ep de bautismo y un álbum (Fear Is on Our Side), lo que sin duda no ayuda para el caso. Además su página web ha expirado y su myspace no se mueve desde mayo… hacendosos no parecen ser los muchachos… o también puede que a estas alturas ya estén muertos.

A mí me gustan, justamente por eso, porque cabe la posibilidad que a excepción mía en este momento nadie más tenga una carpetita con su nombre en el mp3.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Flesh For Lulu


Estoy escuchando Let Go, un temazo de Flesh For Lulu, difunta banda de la cual ustedes no tienen ni puta idea, pero no pasa nada, porque yo casi que tampoco. Ha surgido en mi ordenador a un click de más de doscientos gigas de álbumes que hay en una carpeta con un sencillo “música” por título. Toda la información que de ellos facilita allmusic.com, (tal vez la enciclopedia web más importante de música anglosajona), es un sucinto:
This British band (1983-87) had a gloomy Gothic punk sound. "I Go Crazy" was a college radio hit.

I Go Crazy… la verdad, suena a petardeo ochentero del barato, no así los dos primeros discos que les recomiendo si no tienen mejor cosa que hacer.

¿Y qué hago yo a las tantas de la madrugada escuchando a unos punkis de pasarela? Pues trataba de escribir algo nuevo en este blog de mierda que tengo pero me ha entrado sueño así que mejor me voy a ir a la cama, otro día les descubro cómo ligar con una camisa hawaiana o cómo dar credibilidad a un discurso con tan solo cambiar de acento.