miércoles, 7 de mayo de 2008

estupidoautorpuntocom


...boomp3.com

Hoy no he tenido un buen día, ayer no tuve un buen día, y probablemente mañana no tenga un buen día. Sería bueno si pudiera quedarme las veinticuatro horas de un mal día metido en la cama, bien dormidito, hasta que pasara de largo. Pero no es tan sencillo, nunca te deja pasar de largo, alguien o algo en algún lugar de no sé dónde te obliga a hacer una nueva muesca en el calendario con tu nombre, ¿ves? Ahí vino; y después, como siempre buscas hacerte con un sitio frente a toda esa gente que hierve y pugna por existir alrededor, toda esa gente que miras ahora y odias, sin excepción, porque cuando uno tiene un mal día se mira a la gente y se odia por norma, a todos excepto al rodolfo chikilicuatre estonio y a las chicas con una depresión en el escote de más de doce centímetros.

Hay que tener mucho cuidado con las personas cuando tienen un mal día, no paran de ocasionar desorden y más desorden, caminan absortos, inflamables, con el ceño fruncido y los hombros dilatados como retando a los demás a chocar contra ellos. Cuando uno tiene un mal día no debería estarle permitido salir a la calle, ni recibir llamadas, ni poseer armas de destrucción masiva. ¿Se imaginan al tipo encargado del botón rojo con un mal día?, esa gente debe estar hecha de otra pasta, con otro modelo de perspectiva, más amplia quizá, bien en su instinto de conservación bien en su concepto de ser humano. Yo no podría encargarme de ese trabajo, aunque me dieran una televisión y un lápiz para fabricarme mis propios crucigramas. Sin ser una mala persona y arrepintiéndome de inmediato a buen seguro apretaría ese botón media docena de veces cada mes.

No tengo un buen día, pero gracias a Google tengo un blog y puedo contarlo. Hace unos meses yo no imaginaba para qué diablos podría servir un blog, tampoco en este momento lo tengo muy claro, no obstante a estas alturas ya he visto unos cuantos y casi todos van de lo mismo, hasta los temáticos. La gente anda por ahí con días malos, con el cerebro cociéndoles viejas ansias, averiguando culpas de otros, cebando soledades… no es extraño que antes de acostarnos nuestros pensamientos hayan alcanzado tal volumen que si la computadora no encendiera concluiríamos por regurgitarnos las miserias en voz alta frente al espejo. Es muy recomendable disponer de un blog, entretiene bastante, de hecho, yo no recuerdo para qué diablos utilizaba el ordenador antes de tener un blog.

En un relativo “hace poco tiempo” casi nadie daba demasiada importancia a las páginas web, pero en unos años si querías ser alguien o vender algo tenías que presumir de una web propia. La trascendencia real de internet ha aumentado considerablemente el valor de todo lo alojado en el ciberespacio por dos motivos: información libre y accesibilidad. En la historia de la cultura universal hay un antes y un después marcado por la revolución tipográfica. Los chinos o Gutenberg, pero el invento de la imprenta supuso sacar a la calle la información adquirida cultural o científicamente por el hombre a través de los siglos y a la cual solo podían acceder unos pocos. Con las letras al alcance del tendero de turno la educación, a paso de tortuga, eso sí, dejó de ser un privilegio para convertirse en una necesidad social del individuo.
Desde los inicios de internet se han desplegado diferentes formas expresivas que posibilitaban al usuario plasmar sus opiniones, bien sea mediante foros, diarios online, chats, etc. El siglo XX ha supuesto no sé cuantas guerras ganadas, una: la de la pluralidad y la libertad de información. No solo se puede acceder a ella sino que además se puede hacer a través de diversas fuentes. El disponer de diferentes versiones de un hecho estimula la elaboración de opiniones individuales, así y de la mano nos viene añadida la libertad de opinión. Internet supone otra revolución cultural porque además de ampliar el acceso a la información también elimina el monopolio de los “impresores” a la hora de transmitirla. Si después del invento de la imprenta la cultura dejó de ser prerrogativa de unos pocos, gracias a internet ser transmisor de ésta ha dejado también de ser el privilegio de unos pocos.

Pronto, sino ya, la palabra blog estará a la orden del día, con cada vez superior repercusión y poder mediático. La noticia, por ejemplo, poco a poco cambia de manos, del profesional del medio pasa al testigo anónimo; en la guerra de Irak se ha dado el caso de gente buscando antes la actualidad en los blogs de ciudadanos iraquíes y los militares que en los periódicos o en las cadenas de televisión.
Los grandes medios poco a poco se han dado cuenta de su importancia y saben que si quieren seguir controlando la emisión informativa deben aglutinar en su bando la mayor cantidad posible de corrientes de opinión, las de esta nueva progenie, la del myspace y blogger, tan difícil de homogeneizar, pero manejable gracias al recurso de la publicidad masiva.

¿Quién sabe? No solo la manera de concebir el periodismo esté cambiando, sino también la idea de la literatura como acto creativo de un autor con nombres y apellidos, incluso las relaciones entre personas… y bueno, no sé, yo solo tengo un mal día, por eso estoy escribiendo. Háganse con un blog, seremos más en la próxima fiesta de blogueros.

3 comentarios:

Qcousas dijo...

Festa? Falas dunha festa? Sabes que a iso sempre - e falo en plural - nos apuntamos.

Para teres un mal día, escribíchelo moi ben.

Eu hoxe, e onte, e desde hai uns días... tamén teño un mal día, un mal día que semella alargarse infinitamente.

Bicos.

Anónimo dijo...

Pos si mira,la mar de útil que es esto de los blogs,lamame al fijo anda,que me he dejao el cargador en Córdoba.Besos

Anónimo dijo...

Guapo!!!!!!!!!!
Cuando tengas un mal día para eso está silvina magari, para ti, para que vayamos a pasearnos la ciudad, y a tomar cafe al lado de directores de cine, para que nos llueva en las terrazas cuando acabamos de sentarnos.
te quiero merriloto.